Obras pictoricas y algunos escritos de Andres Ernesto Cruz Manganiello (El Manga). Algunas de las obras pintadas desde 1996 a la actualidad.

miércoles, 13 de septiembre de 2023

TAMUMDA

Mi viaje comenzó un 29 de marzo con este mensaje:

"-Hola Andrés, perdón por molestarte. Siempre jodiendo"

-Hola Meli! No me jodes! Decime.

"estoy escribiendo un libro. La editora ya lo tiene en sus manos. Y quiero si vos podes seas el ilustrador"

La invitación de Melisa antes que nada fue y es un honor, ya que me eligió para darle una imagen a sus sueños, a su ópera prima; un desafío más que complejo y con un final más que gratificante en la noche de ayer durante la presentación del libro, de Tamumda.

Haberme subido a un instante de la creación tan maravillosa y compartir su alegría y la alegría de todos los presentes; escuchar ese hermoso relato hecho canción como de emociones fuertes todo el lugar.

Solo me quedan palabras de agradecimiento.












 

Contame una historia, me pedían, pasalo en limpio, decían, todo por escrito para que quede registro, y ahí va…

Un recorrido por diferentes temas, tópicos, géneros, sensaciones, empatías que reflejan un mundo y lo que este genera en los sentidos.
Deseo que este viaje entre las líneas te permita reconocerte y conocernos en la rareza de los sentires cotidianos, desde un formato que no responde a lo pactado, pero que sí responde al devenir de las emociones.

 

AUTORA:

MELISA ECHEVERRÍA

Melisa Echeverría es auxiliar de escuelas públicas, profesora de educación primaria, bibliotecaria de instituciones educativas y operadora en psicología social. Nació el 15 de junio del año 1984. Coincidiendo con el Día Nacional del Libro. Es la quinta de doce hijos, siendo sus padres Rosa Scafati y Luis Echeverría.
Realizó sus estudios en escuelas públicas de la ciudad de La Plata, y luego en institutos de formación docente y de psicología social.
Actualmente trabaja como auxiliar de limpieza y bibliotecaria, y continúa estudiando para perfeccionarse. Escribió este primer libro con el objetivo de crear nuevas maneras de leer.
Es innegable su amor por los libros, la literatura y toda expresión cultural.
Si no la encontramos, recordemos buscar en su biblioteca o entre sus libros, en un viaje o con su esposo, sus hijos y los mismos de siempre.

 

Ilustrador

Cruz Manganiello, Andrés Ernesto

Cruz Manganiello, Andrés Ernesto, nació el 30 de diciembre de 1974 en La Plata, Argentina. Desde joven mostró interés y talento por las artes plásticas en la Escuela de Arte de Berisso entre 1989 y 1991.
En 1993, ingresó a la Facultad de Bellas Artes, La Plata UNLP para continuar su formación en Artes Plásticas, especializándose en pintura. Durante su tiempo en la facultad, también participó en un curso de restauración de papel en el Museo y Archivo Dardo Rocha de La Plata.
Cruz Manganiello es reconocido por su compromiso con el arte y su dedicación a su práctica.
Actualmente continúa desarrollando su carrera artística y desafiándose a sí mismo.
Podés ver su trabajo es: www.andresmanganiello.blogspot.com

martes, 26 de agosto de 2014

AZULES Y NEGROS

“Tenia un largo viaje como tantos otros días en el colectivo. Ese día tuve suerte, no venia muy lleno y había un asiento libre; me hundí en el, me puse los auriculares con un poco de Dave Brubeck, el jazz es siempre un buen compañero de ruta.
Mi mirada deambulaba en los verdes borroneados de árboles, los rojos distorsionados de los techos de tejas. Fui perdiéndome en pensamientos vagos hasta que apareciste tu, con una gran sonrisa, esa que yo alguna vez te dije que era capas de iluminar todo a su alrededor y colmar de una energía sin igual. Unos rayos de sol brillaban jugando sobre tu rostro y tu cabello vibraba en tonos azules y negros; me hablabas pero no podía oírte, solo se que me llenaba de paz cada vez que sonreías, volvía a estar flotando embriagado por lo que fue mi amor por ti.
El paisaje fue cambiando y a cada momento se volvía mas gris por las moles de cemento del centro de la ciudad.
 Ruido de bocinas y sirenas que enturbian el ritmo de esa pieza de jazz. Tu imagen se vuelve difusa y vuelven a mi pensamientos de tramites y horarios que cumplir para esa jornada. -Esta es mi parada-; desciendo del colectivo, una lluvia fina cubre todo y el suelo es un conjunto de baldosas rotas, charcos y un barro hediondo como el humo que emanan ese enjambre de vehículos que se entrelazan gruñéndose unos a otros como fieras sedientas de ese bocado de peatón que intenta cruzar. Serpenteo esquivando figuras zombies y opacas hasta mi destino. Pasan las horas en un letargo agobiante, pero pasan al fin.
Ahora espero el colectivo para regresar, pero lo que añoro es regresar a ese momento que me volvió a regalar tu sonrisa al ritmo de esa pieza de jazz de Brubeck.”

DOLOR

El dolor colmo todo su ser.
-ya no mas!- se dijo, -si dejo de ver la belleza este dolor se ira!-
y se arranco los ojos.
El dolor seguía ahí.
-Ya no mas!- -Si dejo de sentir su calor se ira!-
y se arranco la piel.
El dolor seguía ahí.
-Ya no mas!-
Grito con mas fuerzas que nunca.
-Si no la amo el dolor se ira!-
y se arranco el corazón...
En la agonía el dolor seguía ahí, por que la belleza esta en sus recuerdos, el calor corre por su sangre y su amor por ella esta clavado en su alma...
-ya no mas...-
dijo con el ultimo suspiro y el dolor se fue con el.




viernes, 30 de agosto de 2013

ENCUENTRO AZUL (Las memorias de un cuerpo que perdió el alma 03)


Al ver sus ojos de un azul cerúleo vibrante, automáticamente se siente conectado a ella.
Infinitas sensaciones lo cubren e invaden, pero hay algo mas, algo muy profundo que se esconde tras una espesa cortina de sonrisas.
No puede dejar de mirarla, tratando de descubrir su secreto. Ella se mezcla y esconde entre la muchedumbre, teme ser descubierta.
Cuando ella se aleja el se siente perdido y ansioso por volver a encontrarla, quiere saber ¿quien es? Busca entre la muchedumbre esos ojos. Pasa el tiempo, minutos, horas, ¿días quizás? Ya pierde las esperanzas de volverla a ver, cuando la divisa en una vieja fotografía en la pared, nunca la vio ahí, pero es como si siempre hubiera sido parte de ese lugar, siempre ahí colgada, esperando ser vista, descubierta. Ella esta junto a un pequeño ángel, este es de la luz mas pura que jamás vio. Ahora lo sabe, ahora se siente triste, siente su angustia y dolor; sabe que ella no va a volver, no quiere ni puede volver.
A pesar de todo, le reconforta saber que ese cielito de luz siempre estará cuidando de ella. Al fin eso es lo que el quería, que fuera feliz y la felicidad va junto a ella, guiándole por el buen camino.
No fue un encuentro casual, pero si atemporal, no era el momento ni el lugar, pero si, fue para no perder el rumbo, recordarle que su destino es estar juntos aunque ya no sean los mismos. El sabe la verdad, ya que no es la primera y esta seguro que no será la última vez que se crucen en esta vida, en otra, en otros.

LETARGO (Las memorias de un cuerpo que perdió el alma 04)



    “Aun esta aletargado, dormido, dominado por esas ansias de beber, de besar.
La noche fue eterna, ya que se lo permitió, volvería a ser humano por unas horas. Hoy siente la resaca de su osadía; no puede dejarse ser mortal quien ya dejo de serlo mucho tiempo atrás.
Unos ojos hechiceros atraparon su alma errante, la arrastraron a la tierra, la hicieron danzar y le recordaron lo que era estar vivo. Lamentablemente para el le recordaron también el dolor, la perdida, las lagrimas contenidas, esos signos de humanidad que jamás hubiera de extrañar, pero como bien sabe, son un todo con las sonrisas y alegrías, pues es así la vida.
En estos momentos medita sobre lo que dejo que pasara; tiene miedo, porque por más que pasaron muchos años desde que dejo de ser humano, recuerda el dolor en su pecho. Teme volver a vivir; para el es mas fácil vagar como un alma errante que ser un ser terrenal. Quizás lo crean cobarde y estén en la razón, pero a el no le importa.
Sabe que deseó como hacia mucho tiempo no deseaba, deseó sentir el calor de un abrazo y el fuego de unos besos, pero esos ojos se lo negaron; volvió al vació y se resigno a que un alma errante jamás podrá volver a ser humana y a sentir lo bueno de estar vivo. Ahora cae en la cuenta de su contradicción y tiene que tomar una decisión.
¿Volverá a vivir o aceptara la soledad eterna de ser solo el espejismo de un alma? No puede ser los dos, es hora de afrontar y definir ¿que es?, pero mas importante aun ¿quien quiere ser?”

sábado, 8 de septiembre de 2012

TODO POR VIVIR, POR DAR




 
 La encontré esa tarde de invierno donde la quietud era total, los rayos apenas tibios del sol se filtraban entre las ramas desnudas de los plátanos de nuestra ciudad, esa ciudad que cada día caminamos y desconocemos; Amalia, entre los naranjas y violáceos del cielo me enseño otras formas de vivir la ciudad y mi vida famélica de emociones.
 Su secreto era simple, buscaba algún caserón antiguo y abandonado, filtrándose a cubierto por las sobras de la noche, llevando consigo un pequeño bolso.
Una vez dentro elegía el ambiente más amplio y si aun permanecía algún mueble, ya sea mesa, sillas o sillón, mejor. Distribuía velas por distintos rincones dándole una luz tenue, calida y vibrante ante las brisas que recorrían la habitación. En el centro desplegaba una manta de pana color bordo; se sentaba en ella con las piernas cruzadas y de su bolso sacaba un vino y una copa; esta vez al estar yo con ella, ya estaba lista y tenía dos copas de cuello bien estilizado y de un fino cristal.
 Durante una semana viví de noche, bailando la música del silencio, bebiendo el néctar de la vid y recorriendo su cuerpo delgado, de rasgos firmes donde cada fibra es como la piedra tallada por la mano sabia de un escultor. Al tercer día llego a unirse a nosotros otra mujer de piel caoba y sonrisa afable. Así fue que sin mediar palabras me vi inmerso en esos cuerpos; de día estaba Rocío con la cual volví a un estado animal, donde nuestros cuerpos luchaban,  retorcían, se fundían y resbalaban por el ardor de un transpirar. Innumerables veces bese y bebí de su oscura piel, apretando levemente sus pechos decorados por dos pequeños pezones oscuros. El frenesí me agotaba y quedaba dormido entre sus largas piernas. Siempre despertaba solo, cerca del atardecer, recostado sobre la manta; era recurrente en mi la idea de que todo fuera solo un sueño. Así pasaba algunas horas, desnudo en medio de esa sala que ya me era familiar y que sentía que era una extensión de mi alma. Entrando la  media noche llegaba ella, con su bolso y rodeada por unos compases imaginarios brotando de su ser que me recordaban a la música House. Desde la primera vez que vi a Amalia, cambio mi vida y cada noche lo hacia mas notorio, con cada sesión donde frente a frente y ante nuestra desnudez compartíamos un vino, nos abrazábamos lentamente, haciendo que la percepción de los sentidos llegue al máximo cuando nuestros labios apenas se rozaban; con ella el sexo era arte; su piel de un rosado blanquecino era suave como el aire, senos pequeños, caderas amplias en su delgadez, su cabello muy corto negro azabache; pero ante cualquier definición la mejor que uno podía llegar a expresar era armonía.
Al llegar la séptima noche partíamos. -Ya no hay aquí nada que nos pueda dar, ya tengo visto un nuevo hogar; la energía de este ya es nuestra- decía. Recorrimos unas seis casas. Llegamos a la séptima, un inmenso caserón neoclásico con dos grandes columnas dóricas,  situado en los alrededores de Plaza Rocha; el frente estaba decorado por un enrejado lleno de arabescos de pintura saltada de un verde verones pálido; el jardín aun demostraba una grandeza lejana y unos gatitos vagaban mirándonos desde las sombras abriendo sus grandes ojos que se iluminaban con luciérnagas. La hiedra cubría paredes y casi todas las puertas y ventanas, a un costado yacía un Dodge Valiant de 1961 como el fósil de un dinosaurio cubierto de polvo haciendo indescifrable su color. Mis ideas y ojos se perdían en los recovecos y sombras y estaba extasiado ante tanto por descubrir hasta que su voz me trajo de vuelta – Eh! Despabila y sube por ahí- me dijo desde una pequeña ventana en la planta alta señalándome los restos de una pérgola camuflada por las plantas. Cuando logre ingresar todo ya estaba listo, el gran living ya era iluminado por las velas, en el, dos de sus paredes estaban recubiertas por bibliotecas que nacían en el suelo y llegaban hasta el techo a los laterales había un sillón de tres cuerpos tapado por una sabana blanca cual fantasma, enfrentándolo había un dresuar de hierro y mármol, sobre este, un antiguo espejo Art Nouveau. Desde el centro con un leve gesto de su mano me invito a unirme. Quite mis ropas y me senté sobre la pana frente a ella. Una sonrisa broto por sus labios mientras de su bolso sacaba dos copas y una botella – Esta es especial, esta es una noche especial- dijo cuando el sonido del descorche llego. –Un Norton Malbec de 1974, un buen año... ya espero mucho dentro de su frágil envase- No comprendí sus palabras, ¿que tenia de especial un Norton? ¿Acaso eso que dijo del año 1974 se referiría a mi? Pues ese era mi año de nacimiento. Por lo visto mi rostro expreso ese desconcierto, a lo que agrego – Fue el primer vino etiquetado como varietal en Argentina, 700 cc. con corcho casi imposible de sacar, esta vivo, tiene acidez en boca y fruta negra en nariz que le permite exhibir un excelente potencial de envejecimiento – Sacudí levemente mi cabeza y le sonreí; jamás creí que realmente supiera sobre vinos, pero si no sabia, mentía muy bien y me gusto el juego de esas “coincidencias”. Fue sirviendo un poco en cada copa, la luz de las velas de daba a el vino un juego de color rojo con matices violáceos intenso y profundo. Durante mas de una hora bebimos en silencio; al principio intente iniciar una conversación, pero con un sutil gesto, acercando su dedo índice a sus labios me dio a entender que prefería que no hablara, inmediatamente, traslado su dedo cerca de su oreja y levemente inclino su cabeza; claramente quería que escuchara algo. Me fui concentrando más en los sabores del vino en mi boca, como recorría mi garganta cuando lo tragaba. Poco a poco el silencio que creía que nos envolvía se fue perdiendo, los sonidos de la ciudad llegaban a mi, no como ruidos molestos, llegaban con un ritmo sutil y muy delicado; el crepitar de las hojas arrastradas por una brisa repentina recordaba al sonido del Hi-hat, este se fundía con el ladrido acompasado de un perro vagabundo que era cono el vibrante sonido de un contrabajo, una bocina muy lejana daba unos toque sutiles pero precisos como los de una vieja trompeta, las risas de unos muchachos en la esquina eran los acordes de una guitarra. Si, ahora lo oía muy claro, la ciudad por las noches se mese acunada por un hermoso Blue’s.
Cuando termine mi copa y la deje a un lado, Amalia se abalanzó sobre mi, estire mis piernas y deje que mi espalda quedara totalmente recostada sobre la pana; en esos momentos era su esclavo, suavemente comenzó a cabalgar, nuestra respiración de fue tornado agitada. Gire un poco mi cabeza y nos vi reflejados en el viejo espejo Art Nouveau; mis ojos se quedaron clavados en esa imagen, ella cabalgaba con mas fuerza y pasión, su piel parecía brillar, a cada momento mas luminosa... ahí fue cuando note algo mas extraño, mi reflejo perdía nitidez, como si fuera perdiendo esencia. Cuanto mas parecía brillar el cuerpo de ella, mas se perdía el mío. Intente moverme, pero mi ser era muy pesado y yo estaba demasiado cansado, por mas que lo intente no pude mover ni un solo dedo. El brillo de su cuerpo inundo todo en un blanco impenetrable, la música ya no estaba; la nada misma.
No se cuanto tiempo paso ya de esa noche, hoy soy una débil sombra que recorre el viejo caserón. La poca esencia que dejo de mi se fundió a la casa.
Escucho el ruido de maquinas, estruendos que hacen temblar la casa y a mi, a nosotros. Una grieta grande me fracciona, parte del techo cae, las dos grandes columnas dóricas caen, caigo,  me desintegro en fragmentos cada vez mas pequeños, me pisan y golpean sin fin. Una monstruosa pala amarilla carga mis restos y los va arrojando a un ataúd de hierro oxidado y hediondo. En mis últimos momentos de razón, las recuerdo, la reconozco, si, era una sola, ella y su sombra. Era un vampiro de urbanidad, vivía de los despojos del abandono, yo solo fui un nexo, por eso cuando no le fui útil también me devoro y mis despojos se fundieron al viejo caserón neoclásico.
Ay mi ciudad! ya no recorreré sus diagonales, ni sentiré el aroma de los tilos en flor.
Dejo de existir por ese capricho llamado progreso, con mi muerte, como tantas otras muere un poco esta bella ciudad.

 

viernes, 7 de mayo de 2010

" Gerda en los jardines del palacio de Gymir " ( El anhelo de Frey )


EL MANGA

Cruz Manganiello, Andrés Ernesto

Oleo T/ Mixta

100 X 70 cm. ABRIL 2010






" Gerda en los jardines del palacio de Gymir " ( El anhelo de Frey ) DETALLES









"Gerda era una criatura de irresistible luminosidad;
nada más verla, Frey se sintió dominado por la
lujuria, y durante mucho tiempo anduvo suspirando por ella...
...sabía que su unión con Gerda no sería
aprobada ni por los dioses ni por los mortales,
y a pesar de eso siguió deseándola"






viernes, 10 de abril de 2009

martes, 7 de octubre de 2008